Camillas para masajes: ¿fijas o plegables?
Lo más importante es saber dónde se va a realizar el trabajo, para un sitio fijo, la mejor opción es una camilla fija, ya que son mucho más estables. Pero si das masajes a domicilio, es mejor elegir una camilla plegable.
Para una camilla de masajes las medidas idóneas son de 190×70. Cuanto más ancha sea la camilla más cómoda resultará. La altura también es sumamente importante a la hora de trabajar con comodidad, una camilla ajustable en altura de 50 a 70 cm y con cabezal también regulable sería la camilla perfecta.
¿Por qué la altura debe ser regulable? No todos los profesionales miden lo mismo ni tienen el mismo largo de brazo, y si estamos haciendo hincapié en algo, es en buscar la mayor comodidad posible.
Para saber si la altura de la camilla es la adecuada deberemos colocarnos de frente a ella con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, si podemos colocar los puños en la superficie sin doblar los brazos la habremos regulado correctamente, si no es regulable y no cumple esa condición es mejor buscar otra camilla.
Una camilla bien regulada es imprescindible para evitar posibles molestias o lesiones de espalda. En el caso de los masajistas que trabajan a domicilio, la camilla portátil es imprescindible. En este caso, y primando siempre la comodidad, es importante que no exceda de los 10/15 kilos.
Las camillas de aluminio pesan poco y son bastante estables. Si no sobrepasa los 60 cm de ancho podremos manipularla con mucha más facilidad y habría que plantearse si realmente son necesarios algunos accesorios como estantes o reposabrazos que suponen un peso extra.
La superficie siempre debe ser acolchada pero no tanto como para que se hunda demasiado y de un material que se pueda limpiar con facilidad. La ventaja de este tipo de camillas de masajes es que las puedes comprar por menos de 100 euros, mucho más económicas que las camillas fijas.